sábado, 11 de febrero de 2017

Recordando a mosén Miguel Arnaudas

Siendo consecuentes con nuestro conocido empeño por recuperar la memoria de aquellos personajes ilustres nacidos o vinculados a Alagón, no podíamos dejar pasar la oportunidad de recodar, cuando acaban de cumplirse ochenta y un años de su fallecimiento, al presbítero, compositor, musicólogo y organista don Miguel Arnaudas Larrodé.


Miguel Joaquín Carlos Jerónimo Arnaudas nace el 29 de septiembre de 1869 en Alagón. Hijo de Luis Rafael Arnaudas Arnaldos y de Isabel Larrodé Segura, inicia su formación musical como infantico del Pilar. Posteriormente estudia órgano y piano con Valentín Faura y recibe clases de armonía y composición de  Antonio Lozano, del que se considera discípulo. Obtiene por oposición el beneficio de organista de la catedral de Salamanca y el 19 de diciembre de 1892 es ordenado presbítero. Regresará a Zaragoza tras la muerte de Domingo Olleta, opositando con éxito, en abril de 1896, a la magistratura de capilla de La Seo que había ocupado desde 1858 el añorado músico. Si brillante fue su trayectoria al servicio de la catedrales, no lo fue menos su magisterio. Ejerció como profesor de Armonía y Composición en la Escuela Municipal de Música de Zaragoza, siendo desde 1914 su director. Y en 1908 ganó por oposición la plaza de profesor de la Escuela Normal Superior de Maestros de Zaragoza, para la que publicó en 1911 un Tratado (en colaboración con Manuel Soler Palmer) destinado a la formación musical de los docentes. Asimismo, como teórico, escribió una Teoría del Solfeo junto al maestro Borobia.

Fue distinguido con numerosos premios, cargos y honores: socio protector de la Comisión provincial de la Cruz Roja de Zaragoza (1898), académico correspondiente de la Academia de Bellas Artes de San Luis (1900), académico de número de la misma entidad (1908), miembro de la Comisión provincial de monumentos históricos y artísticos (1909-1917), hijo predilecto de la villa de Alagón (1916), Presidente honorario de la Agrupación Filarmónica de Alagón (1926), beneficiado del Santo Templo Metropolitano del Pilar, consiliario de número de la Escuela de Nobles y Bellas Artes de San Eloy (Salamanca)...


Órgano Catedral Nueva (Salamanca)

Su obra es hoy una gran desconocida,  relegada a la oscuridad de los archivos, olvidada por los profesionales de la música y a la espera de su estudio y puesta en valor. Todavía estamos a tiempo. El primer paso dirigido a la recuperación de la producción musical de Arnaudas debe ser la elaboración de un catálogo exhaustivo de cuanto se conserva en los archivos catedralicios.  Más adelante, tras la catalogación, se podría hablar de programar un concierto-homenaje. En la visita que realizaron en 2004 D. Simón Sanmartín Palacín y D. Emilio Gracia Guillén al Archivo de la Catedral de Salamanca, pudieron ver in situ una gran cantidad de documentos relacionados con Arnaudas, tanto obras manuscritas como valiosa información relativa a su ejercicio de oposición a la plaza de organista y al sueldo que percibía por esta labor. La Gran Enciclopedia Aragonesa menciona algunas obras del compositor: dos Misas, Lamentaciones de Miércoles Santo, un Ofertorio para orquesta, motetes, villancicos, himnos... Sería una buena noticia que estas composiciones pudieran registrarse en grabaciones discográficas, para disfrute de los vecinos de Alagón y de los amantes de la música en general.

En su localidad natal hicimos un notable esfuerzo para recuperar uno de sus trabajos más representativos, la Salve, que desde el año 1998 viene interpretándose sin interrupción gracias al tesón de la Coral Municipal. En el programa de fiestas de septiembre de 2014, la Coral manifestaba su deseo de que "a lo largo del tiempo esta Salve se convirtiera en nuestro pueblo en una tradición indispensable para empezar a celebrar las fiestas en honor de Nuestra Patrona", pero este llamamiento parece no haber calado en la descreída juventud alagonera. No sabemos si la indiferencia hacia nuestras tradiciones se debe a sus connotaciones religiosas o simplemente es consecuencia del esfuerzo (en dinero y tiempo) que implica conservarlas, un esfuerzo que la mayoría de la sociedad, subida hace tiempo al carro de la comodidad -que no de la modernidad-, no está dispuesta a asumir.

Asimismo, Arnaudas compuso el pasodoble ¡Viva Aragón!, sobre temas del folclore aragonés. Desconocemos la fecha en que se estrenó esta obra, pero sí sabemos que fue interpretada durante las Fiestas del Pilar de 1915 por la Banda Municipal de Madrid, ante un auditorio de unas doce mil personas. Este pasodoble de marcado sabor regional debió de gozar de justa fama en su época, pues de ello da fe la hemeroteca, donde hemos podido rastrear el sobresaliente historial de una pieza que todavía en septiembre de 1930 era incluida por la Banda de Madrid en su repertorio y que se pudo escuchar, en versión para rondalla, en la Gran Fiesta de la Jota celebrada el 6 de octubre de 1929 en el Pueblo Español de Barcelona.



Sin embargo, por los motivos que mencionábamos antes, Arnaudas es más conocido como investigador del folclore aragonés que por su faceta de compositor. En ese ámbito publicó su celebrado Cancionero de la provincia de Teruel, ordenado por partidos judiciales y pueblos, y dentro de estos por estilos (albadas, villancicos, mayos, sanjuanadas), y que fue el primero de las tres provincias. Prologado por D. Antonio Artero, canónigo prefecto de Música Sagrada en la Catedral de Salamanca, fue editado por la Diputación Provincial de Teruel. En 1934 ve la luz La jota; origen, forma musical y ejecución, una obra que enriqueció sobremanera la por entonces escasa bibliografía de la jota y que todavía hoy es de consulta obligada.

La gratitud que siempre había demostrado el pueblo de Alagón hacia don Miguel Arnaudas tuvo su momento culminante en 1980, siendo alcalde D. Fernando Alvo, cuando se decide dar su nombre al recién fundado Instituto Comarcal de Música de Alagón. La elección del nombre era coherente con la personalidad del homenajeado, pues él había dedicado gran parte de su vida a la enseñanza. El Instituto logró recuperar la afición por la música que nuestro pueblo había perdido a causa de la Guerra Civil y puso los cimientos de la nueva Banda Municipal. Pero esto es ya otra historia... Mientras haya músicos en Alagón, y parece que será así por mucho tiempo, Arnaudas permanecerá en el recuerdo de sus paisanos.  

2 comentarios:

  1. Felicidades por este artículo, es una maravilla recordar a las personas de Alagón, y más a gente como Miguel Arnaudas, que nos dejó su joya musical.
    Cada 6 de septiembre, me enorgullece cantar su SALVE a la Virgen del Castillo y ser de Alagón.

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  2. Ángel García Ferrer.6 de febrero de 2018, 0:06

    Precioso artículo. Desconozco la firma, y me gustaría conocerla para felicitarla.

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