sábado, 31 de octubre de 2020

El conquistador de Morella

En numerosas ocasiones nos hemos referido al linaje Alagón como uno de los más importantes de la antigua Corona de Aragón. Su origen debemos situarlo en los años posteriores a la conquista de Alagón a los musulmanes. A esta familia pertenecía Don Blasco, quien a partir de 1233, y hasta su muerte en el año 1239, desarrolló una intensa actividad repobladora en las tierras de la actual provincia de Castellón, donde todavía se le recuerda en el día de hoy. 

La biografía del ilustre caballero aragonés se conocía de manera superficial e incompleta, puesto que se habían conservado muy pocos documentos de ese periodo, siendo el Llibre del Fets de Jaime I una de las escasas fuentes a las que recurrían los historiadores. Afortunadamente, esta situación ha cambiado en los últimos años, merced a la labor de investigación llevada a cabo por D. Vicent García Edo, Profesor de Historia del Derecho en la Universidad Jaume I. En 2008 vio la luz una obra de obligada lectura, titulada Blasco de Alagón ca. 1190-1239, que recientemente hemos incorporado a los fondos de nuestra biblioteca especializada. Se trata de una edición limitada y numerada, impresa en papel de gran calidad.

El libro, de 240 páginas, presenta tres partes diferenciadas. En la primera se estudia la vida privada del personaje, su familia y su patrimonio. En la segunda parte, el Prof. García Edo aborda el episodio que más fama ha dado a don Blasco: la conquista del castillo y la villa de Morella (Castellón). La última parte está constituida por un completo apéndice documental que incluye la reproducción fotográfica de valiosos pergaminos, procedentes de archivos públicos y privados de la Comunidad Valenciana, Madrid y Cataluña. 

sábado, 17 de octubre de 2020

Novedades en nuestra biblioteca XIV

En nuestra reciente visita a la monumental y hospitalaria villa de Ágreda (Soria), D. Francisco Javier Palacios Moya nos hizo entrega de los dos últimos números de la revista que edita el Centro de Estudios de la Tierra de Ágreda y el Moncayo Soriano. Del primero de ellos, correspondiente a diciembre de 2019, nos ha interesado especialmente el artículo de Mª Reyes Omeñaca sobre "Ágreda y sus reliquias" y otro que lleva por título "Fray Julián Garcés de los Fayos y González de Castejón, natural de Ágreda, primer obispo novohispano", del que es autor Raúl Utrilla. 


En junio de 2020 apareció el número 14 de esta magnífica revista, en la que destacan, a lo largo de sus cien páginas, unas excelentes fotografías a todo color. Presenta artículos de gran interés, como el titulado "Nuevos datos para una biografía de Casta Esteban Navarro", que firma Francisco Javier Palacios, o "Relojes de sol en la Tierra de Ágreda", de Pedro J. Novella. 


Aunque más tarde de lo habitual, nos ha llegado también el número 40 de la revista El Castillo de Sax, editada por la Asociación de Estudios Sajeños-Grupo Amigos de la Historia de Sax. En sus 186 páginas, que constituyen todo un hito editorial, incluye artículos de investigación sobre temas históricos y diversas colaboraciones referentes a la vida socio-cultural y festiva del municipio. La portada elegida en esta ocasión ha sido una imagen inédita de Sax fechada en 1896, descubierta recientemente y en la que se puede apreciar el antiguo puente de piedra sobre el río Vinalopó, antes de que fuera destruido por la gran riada de 1899. Nos ha parecido especialmente interesante el trabajo de María de los Ángeles Herrero Herrero sobre "Diccionarios de frontera. El sajeño y el villenero entre las hablas murcianas" y el artículo de Gabino Ponce Herrero titulado "Un informe sobre los aprovechamientos del Vinalopó en el siglo XVIII".


Por último, queremos dar cuenta de la recepción del libro editado por Heraldo de Aragón con ocasión de su 125 aniversario. Precedida por una "semblanza del Heraldo" a cargo del Prof. Guillermo Fatás, la obra presenta una selección de 125 reportajes "entrañables y curiosos, muchos llenos de humor, y otros más duros y explícitos", alguno de las cuales guarda relación con Alagón. Así, nos ha llamado la atención un reportaje de 1933 sobre la procedencia de los melones que se consumían en Zaragoza durante el verano. Según se lee en la crónica, la mayoría de los melones procedían de "Utebo, de Monzalbarba, de Torres de Berrellén, de Alcalá, de Alagón, de Cabañas...", lo que viene a demostrar que toda esta zona era productora de melones, algo que suele olvidarse en la actualidad.